miércoles, 8 de junio de 2016

Tres generaciones: una emoción.

Llega nuestro autobús. 
Setenta y cinco pasajeros del IES Las Lagunas se dirigen a vivir una experiencia única. Tres generaciones de nuestra comunidad educativa van juntas al cine.
A las siete de la tarde dejamos Mijas camino a Málaga.
Este autobús llevaba a nuestros estudiantes acompañados por sus abuelos y abuelas. Pero también a representantes de nuestro profesorado que gozan ya de dicha dignidad o que van  acompañados de sus padres y madres.



Juntos, formando una gran hilera, accedemos a la sala.
Grandes emociones y acercamiento entre las tres generaciones son vividas con una gran expectación.
Volvemos cansados, tarde, nos queda aún volver.
Llegamos a Mijas a las 23:00 horas, manteniendo en nuestras retinas las maravillosas imágenes  de la película El Olivo y en el corazón el cúmulo de emociones provocadas por la historia y por la increíble experiencia que estábamos viviendo.


He preguntado a todos ellos.
Les he dicho que me cuenten con el corazón y desde las tripas…

Los profesores








Los abuelos










A mí me queda dar las gracias a mi comunidad educativa, a la Tribu2.0 y a la productora por la iniciativa y por darme la oportunidad de organizar un evento como este. En mi corazón queda la esperanza  de volver a compartir una experiencia como ésta.

@camachomanarel 

Cuando la emoción se siente

Tengo varios textos comenzados que intentan, inútilmente, transmitir lo que la última película de Bollaín, ha traído a mi vida como docente. Mientras encuentro las palabras, me llegan otras que sí han sabido escribir el padre de uno de mis alumnos y una de mis niñas de Primero de ESO. Aquí las dejo:

Acostumbrados al materialismo imperante, esta película nos hace recapacitar sobre la importancia de los sentimientos y los apegos en la vida de las personas. Nos han inoculado el veneno que convierte nuestros corazones de carne en corazones de piedra para el beneplácito del sistema. Preocuparse por los demás y llorar por el sufrimiento de los otros parece que esta supeditado a que nuestro infame bienestar material no se vea trastocado. 

Pero en esta película, la trama y la interpretación de la  mayoría de actores son capaces de transmitirnos que por encima del dinero y del poder, están las emociones y los sentimientos.  Como dice el Papa Francisco "Hay que saber llorar. Solamente ciertas realidades de la vida se ven con los ojos limpios por las lágrimas". Aunque a mi parecer me hubiera gustado otro final, sólo observar que una película también puede contar historias propias de lo que sienten las personas normales, sin superpoderes ni efectos especiales, ya merece la pena. Cualquier espectador con un mínimo de sensibilidad la disfrutará.

Rafael Tabares


Este pasado domingo, día 5 de junio, fui al cine. Fuimos. Nuestra profesora de lengua tuvo la gran idea de llevarnos a ver una película maravillosa. Más bien lo organizó para que fuésemos porque, en realidad, no era una actividad extraescolar ya que ahora tenemos muchos exámenes y no es fácil cuadrar algo así con los horarios de clase. Podía ir quien quisiera, de hecho, hubo mucha gente, el rededor de 115 personas: alumnos de todas las edades, profesores, padres, madres, primos, amigos, abuelos…
Los abuelos y abuelas (aunque en algunos casos no pudieron asistir) eran muy especiales en esta sesión ya que tenían algo de protagonismo en la película.
Vimos “El Olivo”, una película de muchas emociones y sentimientos, de valores morales. Antes he dicho que era una película maravillosa porque es una de esas pequeñas cosas que te hace crecer como persona y te marca un poco en la vida.
Como opinión personal me parece, lo primero, que los actores y actrices han hecho un trabajo increíble, construyendo una impresionante historia que te llega, desde el corazón rápidamente al lacrimal.
En algo menos de dos horas, esta obra de arte te hace pensar en lo duro que era antes el trabajo en el campo, en la relación, sobre todo, que puede llegar a haber entre un árbol y un ser humano que no se ha separado nunca de él, y también entre una nieta y su abuelo, claro.
Te hace darte cuenta y pensar en muchas cosas, te limpia por dentro, y lo más importante, el mensaje de la película:
La vida es morir, nacer, de abuelos a padres, de padres a nietos, un ciclo en el que se transporta sabiduría y vida…de un olivo a un esqueje, de un esqueje a un olivo. ́
Ángela Santamaría 1ª de ESOD